La ansiedad infantil: Principales signos y síntomas, tipos y cómo tratarla

La ansiedad infantil es uno de los desórdenes más frecuentes en niños y adolescentes.  La ansiedad es una respuesta adaptativa que nos pone en alerta ante posibles amenazas, todas las personas la experimentan y que cumple una función, siempre que se mantenga en niveles normales, hay que considerarlo como algo sano, ya que es un mecanismo de protección.

La ansiedad patológica es cuando nos encontramos ante situaciones en las que su intensidad, frecuencia y duración resulten excesivas, se da incluso sin que haya ningún motivo que la desencadene; en estos casos, las consecuencias de este trastorno, tanto fisiológicas como psicológicas, pueden resultar muy nocivas.

Los niños son especialmente vulnerables a este problema, ya que no disponen aún de los conocimientos y herramientas que les permitan controlar adecuadamente sus impulsos y emociones. Según van creciendo, los niños van afrontando distintos miedos y aprendiendo a controlarlos (el miedo a la oscuridad, a ir al colegio, a no estar siempre con los padres, etc.).

¿A qué se debe la ansiedad infantil?

  • No está clara la causa u origen de la ansiedad, se cree que se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales.
 
  • En cuanto a los factores genéticos, se sabe que los niños con familiares que padecen ansiedad tienen una mayor propensión a sufrir este trastorno.
 
  • En lo que se refiere a los factores ambientales; la ansiedad y el estrés se producen siempre ante una situación de cambio o que se percibe como amenaza. Ahora, hay que considerar, que la ansiedad no solo surge cuando hay cambios que son negativos, puede darse también cuando dichos cambios suponen una mejora de la vida de la persona.
 
  • En el caso de los niños, situaciones como el cambio de colegio, la muerte de un familiar, el divorcio o peleas continuas de sus padres, mudanza de vivienda, muchas tareas escolares, pérdida de un amigo, alguna enfermedad propia o de alguien cercano, crianza autoritaria, bullying, todo ello detona la ansiedad.

¿Cuáles son los principales signos y síntomas de la ansiedad infantil?

  • Preocupaciones excesivas y continuadas, por muchos motivos distintos.
  • Dolencias físicas (cabeza o de estómago), o náuseas y mareos.
  • Aumento o pérdida del apetito.
  • Hiperactividad e inquietud en las actividades diarias.
  • Problemas para dormir, como insomnio, hipersomnolencia o pesadillas.
  • Orinarse en la cama, una vez que ya se había superado.
  • Dificultad para concentrarse o para realizar tareas o estudiar.
  • Cambios emocionales o anímicos (rabietas, llantos, tristeza, agresividad, etc.).
  • Evitar ir al colegio o estar con los amigos.
  • Miedo a la separación, dependencia excesiva hacia los padres.
  • Timidez, retraimiento social o tendencia a evitar a la gente.
  • Aparición de muchos miedos que anteriormente no se tenían.
  • “Infantilización” o vuelta a comportamientos más propios de cuando el niño era más pequeño.

¿Qué tipos de ansiedad infantil hay?

Al tratarse de un proceso normal y no grave, lo primero es no alarmarse, bastará con ayudar al niño a reconocer y controlar su ansiedad, lo que generalmente resuelve el problema.

Cuando un niño tiene ansiedad leve no suele ser necesario acudir a un psicólogo, esto solo será necesario cuando esta ansiedad resulta moderada o excesiva y termina por generar lo que llamamos un trastorno.

Tipos de trastornos de ansiedad en niños

  • Trastorno de ansiedad generalizada. Consiste en una preocupación extrema y constante sobre cualquier aspecto de la vida del niño. Suele tratarse de niños hiper responsables y excesivamente preocupados.
 
  • Trastorno de pánico. Los niños que lo padecen sufren ataques repentinos e intensos de pánico. Estos ataques suelen aparecer repentinamente, y puede durar desde unos minutos a varias horas.
 
  • Trastorno de ansiedad social. Los niños muestran temor a las situaciones en las que han de interactuar con otras personas, sean adultos o de su misma edad; no se trata de timidez, sino de auténtico pavor a sentirse evaluados o humillados por otros.
 
  • Trastorno obsesivo compulsivo. Al igual que los adultos, muchos niños presentan también compulsiones u obsesiones. En el caso de los menores, estas están habitualmente relacionadas con que algo puede ser nocivo, peligroso o incorrecto.
 
  • Trastorno de ansiedad por separación. Se da ante el temor que muestra el niño a la hora de separarse de sus padres. Este miedo suele consistir en que pueda sucederles algo malo a los progenitores, o a sentirse solo y desprotegido.
 
  • Estrés y estrés postraumático. Se da cuando el niño ha vivido algún suceso que le ha impactado de manera severa, ocasionándole un fuerte estrés. A partir de dicho evento, el menor lo revive de manera constante manteniendo activa su ansiedad.
 
  • Fobias y miedos. Son muy comunes en los niños, y suelen darse ante distintos estímulos. Algunos de los miedos más comunes son a objetos, a la oscuridad, a la soledad, a animales, o a situaciones concretas.

¿Cómo se trata la ansiedad infantil?

  • Hay que ayudar al niño a cambiar sus creencias; hablar con él, entender qué es lo que le preocupa, enseñarle a expresar sus sentimientos y que aprenda cómo tomar control sobre sus emociones; recuerden que los padres son el modelo de conducta de los niños.
 
  • Hay que confrontar al niño con sus miedos, que le generan ansiedad, de manera gradual; así aprenderá a gestionar su estrés progresivamente, y así no generar cuadros ansiosos a futuro.
 
  • Generalmente, tomado en cuenta estas recomendaciones y entendiendo el proceso de cada niño, el problema se soluciona; solo en raras ocasiones hay cuadros ansiosos moderados o severos, en estos casos, lo mejor es buscar el apoyo de un psicólogo especialista en terapia infantil, para diseñe una intervención clínica con el niño para tratar su desorden de ansiedad.