¿Cómo ayudar a nuestros niños en el retorno a clases?

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¿Cómo ayudar a nuestros niños en el retorno a clases?

 

Por un lado, el temor por contagiarse y la falta de contacto con nuestros parientes y amigos, además de la limitación en la actividad externa, aumentó la preocupación en los hogares. El cierre de escuelas y centros de estudios superiores, aisló a niños y adolescentes de sus compañeros, maestros, familiares y la comunidad.

El ambiente de todos los hogares puede ser magnífico desde un aspecto familiar, pero los niños y adolescentes necesitaban el ambiente escolar, puesto que conlleva: afectividad con sus amigos, práctica de deporte y espacios de juego.

La rutina escolar o universitaria es muy diferente a la actividad de cualquier adulto, pues en el centro de estudios tienen mayor actividad física, momentos de recreo/relajo, de participación con otros sus pares, de competencia en los logros.

Teniendo en cuenta que ahora los niños se reincorporan a las escuelas, debemos estar atentos a algunos síntomas como: una actitud de tristeza, que podría evidenciar un síntoma de ansiedad o depresión; también actitudes de desaliento o irritabilidad. Además, es importante tener en cuenta algunas consecuencias en el estado de salud mental para – de ser necesario- acudir a un profesional de la salud.

 

Principales consecuencias psicológicas del aislamiento social

  • Depresión o apatía; que se ve reflejada en el rendimiento escolar. Un aislamiento social prolongado o forzoso puede favorecer la falta de interés por las tareas habituales y desgana para aprender cosas nuevas.
  • Sensación de incomprensión que se muestra en reacciones exageradas, irritabilidad y falta de reflexión. Esto se da tanto en niños como en adolescentes; más aún en los adolescentes que de por si se siente incomprendido por su familia y rechaza su ayuda. Con el aislamiento social, como no puede comunicarse de manera afectiva con sus amigos, a quienes siente como su principal apoyo, el adolescente tiene las emociones a flor de piel.
  • Baja autoestima derivada de la incorporación de miedos a vivir. La creación de unos protocolos de higiene y seguridad estrictos, además, de todas las noticias que se han estado escuchando durante el confinamiento sobre la capacidad de contagio del virus, incrementan la ansiedad al salir a la calle y el miedo a poderse infectar. Los miedos generan baja autoestima.

 

¿Qué habilidades pueden verse afectadas por el aislamiento social?

  • Empatía: es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus sentimientos. Si la persona sólo se relaciona con su familia puede llegar a tener serias dificultades para comprender que hay otras formas de sentir, pensar y hacer.
  • Asertividad: es la capacidad de defender las ideas propias frente a las de los demás, sin dañar u ofender al otro. La falta de experiencia en las relaciones sociales puede hacer que el niño/adolescente “aislado” se sienta incómodo defendiendo sus propias ideas o, por el contrario, se muestre agresivo y lesivo hablando. La falta de contacto con un grupo de iguales puede hacer que crea que sus pensamientos y valores son los únicos válidos.
  • Apego: es la capacidad de establecer vínculos afectivos con otras personas. Si el adolescente siempre se relaciona con sus padres y la familia cercana, es probable que tenga ciertas dificultades para construir vínculos afectivos con otros.
  • Interpretar situaciones: es la capacidad de comprender lo que sucede en una situación, más allá de las palabras. El niño/adolescente “aislado”, debido a la falta de contacto con otras fuentes de aprendizaje social, tiene menos herramientas para comprender el mundo.
  • Comunicación: es la capacidad que tiene el niño/adolescente para expresar sus ideas, emociones y peticiones de forma correcta. El que vive “de puertas para adentro” está desentrenado en mostrar su mundo interior.
  • Autocontrol: es la capacidad de controlar los sentimientos o emociones en determinadas situaciones. Para poder desarrollar esta habilidad, el niño/adolescente necesita enfrentarse a diferentes situaciones fuera del contexto familiar.
  • Resolución de conflictos: es la capacidad de comprender o resolver problemas, reflexionando o valorando las diferentes opciones. Para poder tener diferentes puntos de vista respecto a un acontecimiento o situación, es necesario haberse relacionado con personas que piensan distinto a nosotros respecto a determinados temas.

 

¿Qué podemos hacer los padres para apoyar a nuestros hijos desde casa?

  • Somos los padres los llamados a neutralizar estos efectos. Hay que prestándoles mucha atención; ofreciéndoles actividades que los distraigan y que sean muy atractivas, como juegos familiares, lecturas de cuentos en niños, concursos entre ellos; así como fomentar para que participen de las obligaciones domésticas. Y, como una preocupación muy importante para nosotros como padres, evitar que nuestros hijos tengan miedos en esta situación.
  • Los padres tenemos que saber adaptarnos a nuestros hijos. Según su edad y personalidad, tienen distintos modos de reaccionar ante estos momentos críticos en el hogar.
  • Aprovechar el aislamiento social como una oportunidad para reiterar en nuestros hijos valores y hábitos. Hábitos como el orden, apego a la verdad, solidaridad, respeto, honestidad, etc., sin recargarlos mentalmente. Apliquemos todo nuestro amor para tratar que nuestros hijos recuerden estos momentos con ilusión y alegría. Infundámosles ecuanimidad y paz.
  • Comunicación fluida con los hijos. Dependiendo de la edad, hay que dar la información que ellos sean capaces de procesar, y ojalá que siempre sea para transmitir tranquilidad, y así no generar mayor ansiedad en nuestros hijos.

 

El uso de tecnologías es crucial, pero es necesario ocuparlas a nuestro favor. Desde el celular se pueden bajar ejercicios de yoga, de entrenamiento o incluso libros, además de poder conectarse con sus pares, una necesidad especial de todo adolescente por su etapa de desarrollo.